
La intervención psicopedagógica
La intervención psicopedagógica ayuda a los niños y adolescentes a potenciar sus fortalezas y a desarrollar sus áreas de mejora, con el fin de obtener un mejor rendimiento académico y bienestar personal.
Dotamos de herramientas al niño, para que pueda superar sus dificultades cotidianas y por tanto tener mejor calidad de vida.
Además, nuestro enfoque desde la Inteligencia Emocional, añade a la intervención psicopedagógica herramientas y recursos que facilitan dicha calidad de vida y por tanto el rendimiento académico.
¿A quién va dirigido?
Está dirigido a estudiantes de educación primaria, secundaria y bachillerato que requieran de un apoyo especializado y/o una intervención individualizada por presentar:
Problemas de conducta (falta o poca aceptación de límites…)
Dificultades en la lectoescritura.
Falta de expresión de sus emociones.
Expresión de enfado descontrolada (rabietas).
Autoestima baja-Inseguridad.
Dificultades de comprensión, razonamiento, memoria y/o atención.
TDAH
¿Cómo se lleva a cabo?
Sesiones semanales individuales.
Coordinación con el centro escolar.
Contacto y coordinación semanal con los padres.
Reunión mensual de seguimiento con la familia.
¿Qué beneficios aporta la intervención psicopedagógica?
Favorece el bienestar de los niños y de sus familias.
Da respuesta a las necesidades individuales de cada niño y/o adolescente.
Mejora el rendimiento académico.
Reduce los comportamientos inadecuados.
Mejora el autoestima y la confianza en sí mismos.
Aporta herramientas para hacer frente a las dificultades específicas de cada niño y/o adolescente.
Si estás interesado en este servicio o quieres más información, contáctanos

Para la realización del proceso de valoración, el evaluador deberá tener en cuenta los aspectos siguientes:
Respuestas del niño(a) ante las situaciones del test.
Presencia de movimientos estereotipados durante las sesiones de aplicación.
Actividades autoestimulatorias. Momentos en que aparecen.
Cooperación con el evaluador.
Disposición y motivación para realizar las tareas.
Necesidad de estímulos. Constancia de éstos.
Aceptación o no de límites conductuales impuestos por el evaluador.
Ejecución de la tarea en el primer intento sin ayuda.
Aceptación o no de las ayudas.
Reacción ante la ayuda.
Realización de la tarea después de la ayuda. Mejoramiento en su ejecución.
Nivel o niveles de ayuda más empleados por áreas.
Tiempo que permanece sentado.
Interés en los materiales del test.
Disfrute o no del éxito al culminar las tareas.

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